DEFINICIÓN
Tras producirse la agresión del
sistema nervioso central (SNC), se
pueden diferenciar dos áreas en el
encéfalo: una parte central, donde se ha
producido daño estructural y por tanto es insalvable , y una zona
periférica que rodea a la anterior,
donde el tejido a pesar de presentar una alteración funcional importante, es
potencialmente recuperable.
Por lo
tanto, este área es definida como tejido cerebral con posibilidad de infartarse
pero potencialmente viable que recibe un flujo sanguíneo variable y
presenta unas alteraciones funcionales
cuya base radica principalmente en trastornos de tipo metabólico causados por
mecanismos como la deaferentación , el daño
de reperfusión o la depresión repetitiva propagada, entre otros. Según Sánchez-Chávez (1999), se puede limitar la extensión del infarto,
consiguiendo así una verdadera neuroprotección , si se actúa tratando esta
patología como una emergencia médica,
teniendo en cuenta la ventana terapéutica , período muy variable que
generalmente oscila entre las 3 y 6 horas.
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